Impressions on Chopin was re-issued this year to celebrate the bicentennial of the Polish composer’s birth. The recording sees the internationally acclaimed jazz pianist Leszek Mozdzer perform his own arrangements of well known works by Chopin. Lately the album was reviewed by one of our Spanish partners, Diverdi.
Chopin sin dejar de ser Chopin
Regresa Impressions on Chopin de Leszek Mozdzer en Naïve.
La celebración del 200 aniversario del nacimiento de Frédéric Chopin no está lejana. De ahí quizás la recuperación de esta grabación de 1999 de un pianista al que acompaña la fama de ser uno de los mejores improvisadores sobre Chopin, él mismo gran improvisador. También el hecho de que Leszek Mozdzer es un pianista en auge, en especial al lado del contrabajista sueco Lars Danielsson, entre el público jazzístico y crossover. Si Chopin ha sido inevitable objeto de tratamiento por maestros del jazz del país, como Adam Makowicz, o el del trío Andrzej Jagodzinski, Leszek Mozdzer, de una generación posterior, muestra armas distintas a las de sus mayores. Donde Makowicz era digitalismo exacerbado y la influencia de Art Tatum, Mozdzer exhibe su mano en inteligentes arreglos y en un exuberante estilo hypercomunicativo que parte de su más evidente influencia, Chick Corea, que le permite interpolar en sus interpretaciones citas y standards completos sin violencia alguna. Es la improvisación lo que domina sobre cualquier otro criterio, ya sea con pura dicción jazzística en un grácil Preludio op 28 n°7, come el perfecto engaste en puro lenguaje chopiniano de My Secret Love o el Segment de Parker en un preludio o un estudio del autor polaco. Es la naturalidad del lenguaje lo que hace que no haya más transiciones entre uno y otro sino simple reconocimiento. No es simple revestimiento del que domina los giros de un determinado artista sino gozoso acto de improvisación de un material que Mozdzer parece conocer al dedillo desde sus estudios iniciales. El pianista puede hacerse acompañar por un tombak, o añadir ritmos ajenos, incluso darle una estructura que se sostiene más en el Standard, pero lo que transmite es Chopin, no un Chopin en traducción o siendo objeto de ventriloquia. Brillante Mozdzer.
Ángel Gómes Aparicio
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